Jul 10, 2007

“Arenga a las Rosas”

Rosas, creced, pujad, multiplicaos
hasta invadir las cajas de caudales,
hasta impedir las ametralladoras,
hasta sembrar la pólvora y el hierro
de luz y primavera,
hasta ocupar el odio y las entrañas
de obuses, bombas, balas y morteros.


España. La posguerra. Guerra que enfrentó a hermanos. Hoy, el terrorismo posterga interminablemente su adiós. España. Democracia consolidada. Echa mafiosos del poder sin más arma que la protesta pacífica. Dirigentes que temen pero sirven al verdadero poder: el ciudadano organizado.

¡Creced, rosas, creced! ¡Pujad sin tregua!
Llenad los ojos de los tocineros
Floreced los cerebros belicosos,
corroed de esperanza a los podridos,
iluminad la mente de las bestias
que se alimentan de oro, sangre, lágrimas,
que son capaces de matar la vida
porque palpita y brilla en nuestras manos.


España. Su lamento. La Madre Patria. Su lamento. Querría que experimentásemos en dolor ajeno. ¿Madre postiza, cruel y avara conquistadora? Bien razonado –si así apetece-. Hoy, sin embargo, herederos del castellano con que nos arenga.

Árboles, aguas, pájaros, frutales,
mieses, vides, obreros, plantas, madres,
óleos, músicas, máquinas, ideas,
vamos a proclamar la resistencia
de amor contra la guerra.
Están sembrando el aire de temores
para amargarnos la alegría,
para que nos matemos tú y yo, hermano,
ahora que maduran los dolores
y el sentido va a revelarse al mundo.
Trabajad
de espaldas al temor. Abrid los ojos,
rosas, hombres, al bien y a la belleza.


No. Que se escuche. Protesto. Seamos de izquierda, de derecha de centro o de la periferia. No a la violencia. Tardes apacibles queremos gozar. En prados en verde pleno después de una lluvia queremos amar. México. Guanajuato. En nuestra tierra se ha firmado un comunicado a ser secundado con respaldo a causas justas e inteligentes y con NO rotundo a la violencia. No. No. No.

¡Creced! ¡Cantad! La vida es nuestra.
La Tierra nuestra, nuestro es el futuro.
Trabajos, pensamientos, esperanzas,
vuestros y nuestros, rosas, hombres.
Nosotros encendemos las estrellas
y traemos el día. Por nosotros
se hará la paz.

Si bien a quienes dirigen desde un cargo público no les alcanza más que para gestionar maquillaje y posar con sonrisa fingida a las puertas de un pueblo que se cae de sucio; a quienes se precian de inconformes nos les queda más que la disciplinada, tenaz, inteligente manifestación pacífica. Ejército ordenado que echa a quien no sirve y teme al verdadero poder: el ciudadano organizado. NO. NO. NO. No a la violencia.

Estamos en peligro, rosas, hombres,
perfume, sol, materia, inteligencia,
ciencia, fe, muerte, piedra, gracia, Dios.
¡Ahoguemos a los bárbaros en luces!
¡Avanzad, rosas, hombres! ¡Ocupad el mundo!


Bibliografía empleada: Garcíasol, Ramón. Arenga a las Rosas. Poesía Social.